El grupo español Cibcom ha escrito un prólogo para la traducción al español de la segunda edición de los Principios Fundamentales de la Producción y Distribución Comunista. Lo documentamos aquí en traducción al alemán:
Prólogo: “Principios Fundamentales” hoy
Cibcom
Hace unos meses, gracias a la recomendación de algunos colegas internacionales que trabajan en planificación socialista, encontramos esta obra hasta entonces desconocida del Grupo de Comunistas Internacionalistas (GIKH). ¡Nos costaba creer que un libro tan relevante hubiera caído en el olvido! La última edición en español data de los años 70 y solo está disponible en formato de colección o de segunda mano. Para remediar esto, contactamos con Dos Cuadrados, quienes amablemente aceptaron reeditar esta obra. Así, la segunda edición, que antes solo estaba disponible en traducción online, ha encontrado nuevamente un lugar permanente en nuestras estanterías.
Los Principios Fundamentales abordan uno de los temas centrales que Marx esbozó para el funcionamiento de una sociedad comunista: el cálculo del tiempo de trabajo y la distribución de los productos en base a este. ¿Cómo aseguramos que nadie se apropie del trabajo ajeno? ¿Cómo se asignan los costos de los productos en una economía comunista? ¿Y cómo garantizamos que los ciudadanos tengan derecho a los frutos de su trabajo? Estas son algunas de las preguntas clave que esta obra intenta responder.
¿Por qué es relevante este libro hoy? El interés en alternativas al capitalismo crece entre los comunistas, y los Principios Fundamentales cobran cada vez más importancia. Por ejemplo, el grupo alemán Iniciativa de Cálculo Democrático del Tiempo de Trabajo (IDA) ha desarrollado una aplicación en línea que permite el intercambio de productos basado en el tiempo de trabajo. (1) La aplicación distingue tres roles: empresas, trabajadores y contadores. Las empresas elaboran planes de producción que consideran los costos en tiempo de trabajo. Los trabajadores reciben certificados de trabajo como remuneración, que pueden usar para comprar productos. Los contadores, delegados por las redes de las empresas, aprueban colectivamente los planes de producción. Con estos tres roles, la aplicación simula una economía comunista según las ideas de la GIKH.
Otro aspecto central del comunismo, según Marx, es la planificación económica. Sorprendentemente, este tema solo se menciona de forma tangencial en el libro de la GIKH, como si tuviera poca importancia. Solo hay algunas referencias a un “Consejo de Consejos” que tomaría decisiones a nivel económico general. Para la GIKH, el cálculo del tiempo de trabajo parece ser mucho más fundamental que la planificación, por lo que el libro se centra en ello.
No obstante, la planificación es esencial para el funcionamiento de una economía comunista. Desde los años 90, la insatisfacción con la situación económica ha puesto de nuevo en el centro la necesidad de una alternativa funcional al capitalismo — en forma de una economía planificada. Una de las propuestas más recientes proviene de los moderadores del podcast From Alpha to Omega — Tom O’Brien y Donal Costello. Usan los principios expuestos por la GIKH para escribir un libro sobre planificación y cibernética. (2) El libro se basa en los mecanismos de producción capitalista y la contabilidad de costos para diseñar una producción comunista mejor funcional.
Sin embargo, las propuestas de la GIKH sobre el cálculo del tiempo de trabajo no están exentas de controversia. Por ejemplo, Cockshott, Cottrell y Laibman sugieren calcular los costos basados en el tiempo de trabajo, pero ajustarlos según la oferta y la demanda. Esto ha generado un debate continuo — hasta ahora sin resolver — sobre el mejor método para asignar precios en una economía socialista.
Los Principios Fundamentales… son una obra indispensable para el movimiento comunista. Por primera vez se presenta un modelo concreto de economía comunista que es comprensible para todos. Los comunistas ya no pueden ser descartados como simples utopistas.
Cibcom
— Grupo de investigación y difusión para el comunismo cibernético